Avistamientos de fauna en actividades de naturaleza.
Avistamientos de fauna en actividades de naturaleza.

Avistamientos de fauna en actividades de naturaleza.

Compartir.

Imagino que este es un dilema al que muchos guías de naturaleza se han enfrentado ¿qué ocurre en una actividad en la que se espera ver una especie y ésta no aparece? Algo parecido es lo que nos ocurrió en esta edición 2024 del lince ibérico en Andújar. Quiero contároslo, porque es un caso ilustrativo real, que puede servir a nuestros alumnos y futuros guías, para enfocar estas habituales situaciones.

El fin de semana comenzó con ciertos problemas, nos quedamos sin luz en el aula cedida por medio ambiente y tuvimos que improvisar como buenos profesionales: un cambio exprés de aula. Un buen organizador, tiene que tener siempre muchos recursos y amigos, así que como siempre un trato excepcional en el Complejo Turístico Los Pinos, donde nos habilitaron en 5 minutos un aula bien calentita con consumición incluida por la organización ¡Estupendo!

El sábado nos levantamos bien temprano, a las 8 y en pocos minutos estábamos saliendo del alojamiento. Llegamos a nuestro destino y comenzó un día que para mí será memorable. Al poco de llegar ¡cuatro nutrias nos dieron un espectáculo digno de documental de naturaleza! Cazando, jugando, pasando muy cerca de nuestro punto de observación, regalándonos una bienvenida inolvidable.

Vídeo de Javier Piñero Cuenca.

Los que hemos pasado muchas horas delante de un telescopio con pocos grados centígrados en el termómetro sabemos que algo así es sumamente poco probable y por tanto, nos sentimos claramente agradecidos por momentos como el que vivimos ese día. Pero el reto está en cómo hacer comprender la suma improbabilidad de este tipo de observaciones tan maravillosas, a personas que están empezando y pueden pensar lo fácil que es observar pequeños fragmentos de las vidas de los animales, en su hábitat natural.

Comprender que, somos auténticos privilegiados porque las nutrias permitieron que estuviésemos allí esa mañana de sus vidas, es vital para la conservación de las especies y la labor de educación ambiental.

Se ha medido el tiempo de observación vs avistamientos, en poblaciones de carnívoros silvestres por observación directa y se ha estimado en 14 éxitos de cada 100 intentos (siendo necesario un esfuerzo de 50 intentos, al menos en un año, para evaluar la presencia y abundancia de una determinada población) (Fernández Gil, 2014).

Si atendemos a nuestra propia media en el avistamiento de lobos, osos y linces en nuestras salidas del curso de guía de naturaleza y sendas verdes, el resultado es más halagüeño que en estudios en el medio natural. Desde 2016 (en ocho años, con una media de 4 salidas anuales, 32 en total, nos hemos vuelto sin ver alguno de los animales 4 veces) y tres de ellas si se vieron, pero fue tan fugaz, que sólo parte de los alumnos o monitores pudieron observarlo (dos salidas de lince y dos de lobos).

La de este año ha sido una de ellas, sólo una alumna vio un lince subiendo una loma, muy lejos y múy rápido. Nadie más lo vio. Sin embargo, el lince estuvo observándose todo el fin de semana, según nos contaban las personas que estuvieron en diferentes puntos de observación. Indudablemente, los animales estaban allí, pero sin utilizar ningún tipo de atrayentes como se hace por ejemplo en hides de fotografía, el avistamiento nunca está asegurado al 100% y es lo bonito de estas actividades, en las que las molestias a las especies de la zona son mínimas o nulas ¡Esa es la idea! Interferir lo menos posible. ¡Y disfrutar la naturaleza en su estado ‘natural’!

Somos muy conscientes de la frustración que puede causar viajar con la ilusión de ver linces y volver con esa expectativa no cubierta. Por eso nuestras actividades no se centran sólo en este bello gato, sino que se imparte una enorme cantidad de contenido: botánica, herpetología, ornitología, rastros y huellas de mamíferos y hasta ¡el ciclo de la lombriz o teorías de la evolución si hace falta! Ese es el alma de un buen guía, poner en valor aquello que pasa desapercibido, hacer un recorrido holístico del ecosistema y su belleza desde muchos enfoques.

Y así, sin darnos cuenta, pudimos ver al águila imperial en su celo de invierno, del que pocos saben, cantando y haciendo cortejos, también vimos mochuelos, ciervos, gamos, muflones, varios zorros, aves acuáticas, forestales, plantas medicinales, algunas mariposas, lagartijas y ¡mucho más! Sin olvidarnos de la maravillosa familia de nutrias, y un grupo de alumnos magnífico, como todos los años.

¡Un fin de semana inolvidable, que nos recuerda lo afortunados que somos de vivir en un mundo tan bello!

¡Gracias a nuestros alumnos por la confianza!

Referencia.
  • Fernandez Gil, Alberto, 2014. Osos y lobos comportamiento y conservación de los grandes carnívoros en la Cordillera Cantábrica. Calecha Ediciones S.L.
¡Ven a nuestros cursos presenciales!

Síguenos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mis cursos0
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
0